- Anuncio -

La kitesurfista española Gisela Pulido es embajadora de gama Volkswagen California T6 y lo tiene claro, prefiere el acabado Beach. Este nivel de equipamiento de acceso tiene ventajas y desventajas que descubrimos en una prueba a fondo con muchos kilómetros de por medio.

Para muchos el sueño de tener un Volkswagen California en el parking se desvanece en cuanto configura su modelo ideal y descubre el precio desproporcionado de su utopía. Lejos queda ya esa filosofía hippie, por mucho que desde la marca intenten conservar el espíritu original de los primeros T1, T2 o T3. Actualmente existen dos niveles de acabados de la mítica Bulli denominadas Beach (acceso) y Ocean (tope de gama) a falta de una tercera, la Coast (intermedia), que no se encuentra disponible en nuestro mercado. Tras poder probar diferentes versiones del equipamiento superior, con motor de 204 CV y de 150 CV, nos propusimos compararlos con la opción más básica, la preferida de Gisela Pulido, kitesurfista española 10 veces campeona del mundo y embajadora del modelo. ´

Las diferencias estéticas son nulas en el exterior, excepto por el identificador BEACH que se encuentra sobre el enchufe. Como la diferencia principal entre ambos acabados es el precio, nos encargaremos de ir detallando las opciones que montaba la unidad probada. Ejemplo de ello es el tono bicolor que tanto recuerda a las furgonetas de los 70 y que supone una inversión de 1.905€. En nuestro caso se trata de la combinación Blanco Candy con Starlight Blue Metalizado. De modo que, teniendo en cuenta el tono de la carrocería y que bajo el capó lleva el motor diésel 2.0 TDI de 150 CV con cambio automático de 7 velocidades, el precio de salida aumenta hasta los 40.020 euros de los 36.370,00 € de base. Las llantas de aleación ligera Timaru añaden un coste de 1.695 € e incrementan su tamaño a 17 pulgadas. Nuestro modelo favorito todavía se encontraría por encima en cuanto precio y tamaño, las icónicas Disc de 18’ se disparan hasta los 2.355 €.

- Anuncio -

En el interior del habitáculo la cosa cambia, estamos ante un modelo completamente diferente pese a que a nivel estético sigue las pautas del acabado superior. Los armarios desaparecen para dejar tan solo una fila de asientos desplazables y modulables que se convierten en la cama inferior. Al contrario que en la Ocean, la variante Beach ofrece cuatro plazas para dormir e incluso uno más, ya que durante la circulación pueden ir hasta 5 pasajeros con su debida sujeción. Es decir, perdemos todo aquello que nos permite hacer vida en el interior: armarios, nevera, fregadero, cajones y mesa plegable. Las sillas del portón trasero y la mesita exterior situada en la puerta corredera siguen estando presentes en este nivel de equipamiento.

A cambio ganamos en espacio interior para la pernocta y capacidad de carga en el maletero. Muchos pensaran que es un concepto algo inútil pero Gisela nos explicó durante un encuentro con la firma en Tarifa que es la opción ideal si llevas equipaje voluminoso (tablas, esquíes…) y solo necesitas un sitio para descansar ya que tu día lo pasarás fuera del camper (comer, ducharte, asearte…).

Tratando de entender este concepto de camper nos lanzamos a la carretera dirección Ascari (Ronda) con la intención de participar en una carrera de resistencia de coches. La opción de la Beach se antojó acertada desde buen principio, necesitábamos espacio para dormir y capacidad de carga tanto para equipaje como piezas para el vehículo. Como ya sucedió en la prueba de la California 204 CV, nos sorprendió que no tuviera navegador, una opción vital si se trata de un vehículo de viaje y que cuesta 495€ en caso de querer el sistema básico.

El aspecto positivo se lo llevan los asientos de la segunda fila durante la circulación, al tener una estructura más marcada agarran mejor el cuerpo pero se hacen más duros e incómodos durante la pernocta. En definitiva, un aspecto clave a la hora de optar por una camper Volkswagen es su dinamismo y la calidad de rodadura, que permitió que los más de 1.500 kilómetros tanto por vías rápidas como carreteras convencionales no se hicieran eternos. Los grupos ópticos con tecnología LED suponen un desembolso de 1.605 euros más que recomendable, su modo automático es casi perfecto y permite llevar las largas dejando que el coche se encargue de apagarlas si es necesario.

El motor 2.0 TDI ya nos gustó durante la prueba anterior y tras volver a conducir una California con bloque de 150 CV nos reafirmamos: no es necesario apostar por mayor caballaje. El consumo a nuestra vuelta se mantuvo sobre los 8,1 litros, un dato correcto si tenemos en cuenta que no se condujo pensando en la eficiencia y que podría bajarse fácilmente. El cambio DSG sigue pareciéndonos una delicia, suave y preciso en la colocación de las marchas, incluso con margen para situar la palanca en modo S y tener mayor empuje para adelantar.

Como ya avanzamos anteriormente a la hora de la pernocta, la mejor cama es la superior. La acción de levantar el techo es completamente manual en la Beach y se realiza sin problemas tras liberarlo de los seguros gracias a una ayuda hidráulica. El somier y el revestimiento acolchado de 1,20 x 2,00 metros es idéntico al de la versión superior y la insonorización sigue siendo su talón de Aquiles.

La cama inferior, en cambio, es bastante más amplia ya que ocupa todo el habitáculo al no tener ningún armario. Al abatir el respaldo en dos sencillos pasos se obtiene una superficie de descanso de 1,50 m x 1,83 m, capaz de acoger a tres adultos.

Acabamos la prueba con una sensación agridulce, entendemos el porqué de su utilidad pero no lo compartimos. Lamentamos que no exista una variante intermedia, la Coast presente en otros mercados, que nos ayude a encontrar el equilibrio perfecto entre espacio y confort en el interior. A nuestro parecer la ausencia de la nevera y el fregadero son claves para decantarnos hacia el acabado tope de gama, una variante que eleva el precio hasta los casi 80.000 frente los 55.675 euros de la variante probada. ¡Y eso que lleva 5.945 € en extras! Si, como nos comentó Pulido, usted solo necesita un lugar donde dormir y descansar: esta es su versión. De lo contrario dependerá del exterior para comer y asearse.