Caravana Silver sobre tacos de madera
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Con el final de la temporada de acampada toca empezar a pensar en dejar aparcada nuestra caravana. En este artículo le explicamos cómo prepararla para hibernar y que el paso del tiempo no perjudique su estado. (Por Telva Somoza)

Caravana Silver sobre tacos de madera

La temporada estival toca a su fin y con ella las acampadas en caravana para algunos propietarios. Muchos campings están a punto de cerrar sus puertas y los usuarios tienen que aparcar sus caravanas durante los meses de mayor inactividad. Los cambios de temperatura, la lluvia, la humedad, los rayos del sol y la suciedad son los rivales de la hibernación de nuestra caravana así que debemos prepararla para que su estructura no sufra las consecuencias del paso del tiempo. A continuación les dejamos algunos consejos y pautas a seguir para que volverse a reencontrar con la caravana no sea nunca una sorpresa desagradable.

¿CÓMO LA APARCO?

Muchos parkings de caravanas cuentan con lugares cubiertos y a pesar de ser más caros (probablemente) vale la pena pagar ese precio en pro del mantenimiento de nuestra caravana. De ese modo la lluvia y los rayos del sol no dañarán tanto la estructura además de que la temperatura interior se mantendrá más estable durante toda la hibernación.

Deberemos buscar un sitio lo más plano posible, para que con el paso del tiempo la cabina no se deforme y las patas no pierdan consistencia (para muchos pueden pasar meses e incluso años). Exacto, se deberá dejar sobre sus patas e incluso sobre unos gatos. A ser posible y para evitar la cristalización de los neumáticos e impedir el acceso a animales es mejor aparcar nuestra caravana a algunos centímetros del suelo.

Caravana Caravelair

Si decide elevarla tenga en cuenta dos detalles: los gatos deberán fijarse en el eje (como cuando se hace en un vehículo) y lo mejor es que no se clave directamente al suelo sino en una estructura plana de madera por ejemplo. De ese modo impediremos que en caso de lluvias el suelo ceda y cambie la altura, llegando a torcer demasiado la caravana.

LIMPIEZA EXTERIOR

Antes de aparcar nuestra caravana para que pase unos meses “medio olvidada” deberemos dejarla hecha un pincel. Es muy importante limpiar los bajos para que la humedad y la suciedad no se incrusten o estropeen la carrocería, ya que no podremos estar pendientes de lo que suceda cada fin de semana. El techo es uno de los elementos más olvidados del habitáculo pero es vital a la hora de aislar tanto el calor como el frío, así que dejarlo como una patena e incluso taparlo impedirá que el sol y la lluvia hagan estragos.

Es importante que las ruedas no toquen el suelo, se deformarían.

LIMPIEZA INTERIOR

Tal y como haremos con el exterior, también deberemos controlar las humedades que puedan producirse en el interior y evitarlas limpiando la zona y dejándola bien seca (baños, cocina, nevera…). Incluso bloquear/tapar rincones por donde cree que pueden colarse animales o insectos (puertas, ventanas, arcón, patas…). También controlaremos la estanqueidad de las ventanas y las claraboyas, que no pueda filtrarse agua a través de los encajes.

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La nevera debe quedar abierta y limpia.

Muchas veces se acumula comida que finalmente no utilizamos así que atentos, todo aquello que pueda pudrirse será el objeto de deseo de inquilinos inesperados. Cuanto menos comida dejemos (incluso la no perecedera) mejor. Eso comporta, obviamente, vaciar por completo la nevera, limpiarla y sobre todo dejarla abierta. Incluso después de todo el proceso de fregado es de vital importancia que la nevera no quede obstruida, por lo que puede dejar un trapo colgado de la puerta para que impida su cierre pero no quede completamente abierta.

DESCONECTAR ES IGUAL A SEGURIDAD

Las bombonas de butano o propano que tan bien nos han ido durante nuestras salidas no servirán de nada en el aparcamiento, solo generan peligro. Es mejor sacar el cabezal que lo conecta y cerrar cualquier vía de acceso del gas al habitáculo. Las baterías suelen ser lo que más sufre con la inactividad, llegando a descargarse por completo e inutilizarse si no se tiene un mantenimiento casi constante. Tal como haríamos en un coche que no pensamos volver a utilizar, habrá que quitar o desconectar el borne positivo de las baterías que posea nuestra caravana para los sistemas de confort e iluminación. Tener en cuenta también la batería del propio vehículo.

La limpieza es vital y no dejar comida que pueda pudrirse.