Prueba BMW Serie 5 530i xDrive
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Probamos el BMW Serie 5 530i xDrive, la séptima generación de esta berlina premium que se acerca ahora un poco más al diseño de uno de sus familiares más directos, el BMW Serie 7.

Prueba BMW Serie 5 530i xDrive

Cuando el BMW Serie 5 llegó a nuestras carreteras durante el mes de febrero de 2017, lo hizo con la clara intención de desafiar a sus rivales más directos del mercado, el Mercedes-Benz Clase E y el Audi A6. La séptima generación del modelo quiso mejorar aquello que ya había ofrecido a sus clientes con anterioridad, diferenciándose de esta manera de la competencia. El diseño, sencillo pero elegante, los asistentes de conducción que incluye y el equipamiento tecnológico avanzado que incorpora han convertido al Serie 5 en una muy buena opción de compra para aquellos usuarios que buscan una berlina de negocios premium, sin renunciar al confort más exclusivo.

Prueba BMW Serie 5 530i xDrive

La firma de Múnich no ha dejado nada al azar, pues ha pensado hasta el más mínimo detalle de su diseño exterior, inspirado esta vez en el Serie 7 más que en el Serie 3. Si de algo no hay duda es que la estética del coche llama la atención. De hecho, durante la prueba, nuestro 530i –una de las variantes más potentes de la gama– ha robado más de un mirada de otros conductores que, al pasar por nuestro lado, sacaban la cabeza por la ventanilla para disfrutar de la deportividad, así como de la elegancia y sofisticación, que este modelo desprende por los cuatro costados.

Prueba BMW Serie 5 530i xDrive

En el frontal, destacan los faros adaptativos LED unidos a la calandra con los típicos “riñones” de BMW, cuyas lamas se abren o se cierran según las necesidades de refrigeración del motor, lo que se traduce en una optimización de la aerodinámica del vehículo. En el lateral, la toma de aire que incorpora en el paso de rueda y, sobre todo, las llantas de aleación ligera de 18 pulgadas roban el protagonismo a los demás elementos que incorpora.

Llantas y palanca de cambios automática

Más espacio, más confort

Precisamente, al mirarlo desde el lateral es cuando más notamos el aumento de dimensiones que ha sufrido el Serie 5. Es 36 milímetros más largo (4,94 metros en total), seis milímetros más ancho (1,87 metros) y dos milímetros más alto (1,48 metros), además de contar con 7 milímetros más de distancia entre ejes.

Prueba BMW Serie 5 530i xDrive

Esta transformación hace que el vehículo no tenga problema en remolcar, convirtiéndose así en una alternativa ideal para el ocio y las escapadas de fin de semana. Estos pocos centímetros de más son muy notables en el interior, especialmente en las plazas traseras, aumentando así el confort y comodidad de los pasajeros.

Prueba BMW Serie 5 530i xDrive

Y es que no exageramos cuando decimos que el Serie 5 es uno de los coches más cómodos que podemos encontrar actualmente en el mercado. Gran parte de la culpa la tienen los asientos deportivos en combinación de tela y Alcantara en exclusivo estilo M con los que cuenta nuestra versión de pruebas, que se adaptan a tu espalda a la perfección ofreciendo una sujeción excelente. Además, añaden regulación eléctrica, calefacción y ventilación. Por no hablar de la función de masaje, que nos ayuda a combatir el estrés del tráfico diario en las grandes ciudades.

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Asientos traseros del BMW Serie 5 530i xDrive

El maletero, que también ha aumentado 10 litros su capacidad hasta los 530 litros, es grande y espacioso, aunque sus formas desiguales no permiten una carga óptima de según qué bultos. Además, nuestro acabado M Sport incorpora otros elementos que suman exclusividad al modelo como el volante deportivo BMW M de cuero multifunción y levas de cambio, los frenos, también deportivos, con pinzas de freno en color azul, o la palanca de cambio y el reposapiés con pedales específicos, ambos con el distintivo BMW M.

Maletero del BMW Serie 5 530i xDrive

A nivel tecnológico, no se le puede echar nada en cara. Más bien al contrario. La apuesta de BMW en este sentido es insuperable. El interfaz de la pantalla frontal, de 10,25 pulgadas, resulta muy intuitivo, y se puede manejar de forma táctil o mediante el BMW iDrive con superficie táctil. También incluye un cuadro de instrumentos digital; un punto de carga inalámbrica, situado bajo la consola central; y un head-up display renovado; además de la Display Key, más parecida a un smartphone que a una llave convencional, que permite controlar diferentes funciones del vehículo como la autonomía o la climatización.

Prueba BMW Serie 5 530i xDrive

Un motor que enamora

Nuestra unidad de pruebas monta un motor de cuatro cilindros en línea sobrealimentado de 252 CV, inyección directa y turbocompresor, asociado a la caja de cambios automática de ocho velocidades Steptronic con convertidor de par, que gestiona los 350 Nm de las 1.450 a las 4.800 rpm de par motor máximo a las mil maravillas.

Motor del BMW Serie 5 530i xDrive

La combinación de este conjunto mecánico hace que responda a la perfección, consumiendo 5,4 en ámbito extraurbano y 7,7 en urbano. Aunque todo dependerá del modo de conducción que selecciones en cada momento, pudiendo elegir entre el ECO PRO, el Confort, el Sport y el Adaptative, capaz de ajustar los distintos parámetros del coche en función del estilo de conducción de cada usuario de manera automática.

Ficha técnica del BMW Serie 5 530i xDrive